Este observatorio recoge los datos de
una nueva encuesta sobre la inserción laboral de los
jóvenes, realizada en 2002 con la participación de más
de 2.500 personas de 16 a 30 años, y ha sido elaborado
por el Instituto Valenciano de Investigaciones
Económicas (IVIE) y la Fundación Bancaja.
Según
este informe, el 48 por ciento de los jóvenes
valencianos trabaja con contrato temporal, el 35 por
ciento tiene un contrato indefinido, el doce trabaja sin
contrato y el resto, un cinco por ciento, son autónomos.
La contratación indefinida ha aumentado en esta
comunidad autónoma, entre 1999 y 2002, mientras que se
ha reducido ligeramente en Madrid y Barcelona, donde la
figura del contrato a tiempo parcial es la más utilizada
con los jóvenes, en un 36 por ciento de sus contratos.
Uno de los autores del estudio, José María
Peiró, de la Universidad de Valencia, ha señalado que
"los años de educación contribuyen, aún, de manera
positiva a la obtención de un contrato indefinido", y ha
señalado que "es más fácil conseguirlo en la Comunidad
Valenciana que en Madrid o Barcelona".
En cuanto
a la titularidad de las empresas en las que los jóvenes
trabajan, los datos del Observatorio Bancaja-Ivie
señalan que la gran mayoría, un 88 por ciento de los
encuestados, trabaja en el sector privado, especialmente
en comercio, con un 20 por ciento, seguido de la
hostelería con el trece.
Madrid y Barcelona
destacan por ser los lugares donde las empresas son más
grandes. Entre 1999 y 2002 destaca el aumento de jóvenes
empleados en empresas a partir de quinientos
trabajadores, si se compara con la Comunidad Valenciana,
la otra zona a la que hace referencia el estudio.
Desde 1999, los autores del estudio observan un
aumento de la preferencia por un puesto de trabajo que
suponga un reto y que esté por encima de la
cualificación profesional del joven, aunque las personas
entrevistadas prefieren mayoritariamente un trabajo que
se adecúe a su formación.
La flexibilidad
laboral es otra de las cuestiones que se han valorado en
este estudio, que ha permitido conocer que los jóvenes
de las tres zonas estudiadas "tienen muy en cuenta
trabajar en su localidad, que el empleo sea a tiempo
completo y que tenga un horario fijo", indicó Peiró.
El observatorio atiende también a aspectos
socioeconómicos de la juventud "tales como su
trayectoria vital, como la obtención de su primer
trabajo, la emancipación o la primera pareja", según
otra de las autoras Asunción Soro, de la Universidad de
Alicante.
En la última década, indicó, "se ha
retrasado toda la trayectoria vital, pero resulta
curioso que la obtención del primer trabajo se haya
adelantado", aunque existe una diferencia entre hombres
y mujeres que revela que las mujeres son más precoces.
A la hora de obtener un empleo, los autores han
observado que aumenta la utilización de los métodos
formales para buscarlo, tales como el envío de
currículos o acudir a las oficinas del Inem o del
Servef, en el caso de la Comunidad Valenciana, "frente
al recurso a amigos y familiares que faciliten este
acceso", ha asegurado Soro.
Otro de los aspectos
del estudio es que los jóvenes tienen a valorar menos el
trabajo frente a otros aspectos vitales como la familia,
el tiempo libre y la formación, "sobre todo porque en
1996 el trabajo ocupaba el segundo lugar tras la
familia, y en 2002 ha pasado al tercero, tras familia y
ocio", indicó Peiró.
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